¿Por qué las variantes futuras pueden ser las vacunas contra el COVID-19?
“La alternativa es semejante a una vacunación natural, ya que serían versiones atenuadas del virus”, dijo el Dr. Ariel Fernández, químico, matemático e investigador bahiense.


Guillermo D. Rueda / [email protected]
“Tener un virus atenuado es, justamente, la marca de una vacuna. Por eso hay variantes que pueden servir como vacunas en forma natural, ya que son versiones atenuadas del virus”.
Lo asegura el Dr. Ariel Fernández, químico, matemático e investigador bahiense, retirado —con carácter emérito— de la cátedra especial Karl F. Hasselmann, como profesor de bioingeniería en la Rice University, en los Estados Unidos.
“Si te contagiás esas variantes, adquirís una respuesta inmune que te permite enfrentar al virus, porque tanto las células T como los anticuerpos; es decir, las dos líneas de ataque que usa el sistema inmune registran el nuevo antígeno producido por la variante, relativamente inofensiva, y estás adquiriendo la inmunidad necesaria para enfrentar cualquier otra infección más severa de coronavirus”, amplía.


Dr. Ariel Fernández, químico, matemático e investigador bahiense, en una imagen de esta semana.
“Por eso uno puede pensar que las futuras variantes, que tenderán a ser inofensivas, así como muy contagiosas, podrían actuar como vacunas”, dice.
“Ahora, hay un problema —aclara—: ¿Cuál es la masa crítica de gente vacunada que se necesita para que el virus empiece a mantener este tipo de estrategias de supervivencia? Mucho; poco; ¿cuánto hay que vacunar?”.
El especialista asegura que el problema es que ningún modelo es lo suficientemente efectivo en este sentido, ya que ignoran los parámetros.
“Si vos tenés un nivel de vacunación del 90 % con una vacuna efectiva, entonces el virus empieza a refugiarse en el 10 % no vacunado para ensayar variantes y mutaciones”, sostiene.
“La mutación que prevalecerá es aquella que importe una ventaja selectiva, pero si existe ese 10 % no sé si es suficiente para que las variantes empiecen a tener las características que necesitamos para que se conviertan en vacunas”, indica.
“Las variantes que surjan en el futuro pueden servir de vacunas. No poseen letalidad, pero sin embargo despiertan la respuesta inmune”.
El Dr. Fernández, en diálogo con La Nueva., afirma que nadie lo puede precisar aún.
“Si se vacunara todo el mundo de una vez, y no lentamente como sucede, es probable que se de ese escenario y empujes al virus a uno endémico, o a un salto a otra especie”, comenta.
“Eso no está sucediendo, pero se supone que el virus fue fabricado a partir de uno que infectó otra especie. Y así como vino de allí también puede volver. Eso ya ha pasado con algunos virus en otros momentos”, agrega.
El experto admite que lo planteado no es una idea nueva, sino que antes se desconocía el mecanismo.
“Si vos empezar a vacunar, el virus está bajo presión selectiva. Figurativamente dice: ‘Bueno, mi huésped se ha vuelto hostil hacia mí y algo debo hacer’. Si bien el virus no razona, es la selección natural la que opera”, dice.
El Dr. Fernández, quien actualmente es el CEO de la consultora farmacéutica AF Innovation, con oficinas en Carolina del Norte y en Basilea, Suiza, sostiene que esta selección lleva al virus a buscar variantes que sean más contagiosas, con mayor capacidad de propagación y más inofensivas.
“¿Por qué? Porque conlleva una ventaja selectiva”, admite.
“¿Cuál es? Que (el virus) se puede propagar mejor. Frente a la posibilidad de sucumbir ante un huésped que es cada vez más hostil porque no deja de vacunarse, empieza a desarrollar estrategias que le permitan una mejor propagación. Y eso también importa una ventaja: le permite una mutación constante”, relata.
Lo explica de esta manera: “El virus muta cada vez que se propaga y así puede ensayar variantes mejores. Es la supervivencia del más apto; el más apto es la variante que tenga la mayor capacidad de contagio y que no sea letal. ¿Por qué? Porque si es letal la cadena de contagio termina en el paciente infectado, el cual se muere y no contagia más. La letalidad no confiere al virus una ventaja selectiva, sino una desventaja en este escenario donde corre peligro de extinción”.
También dice el Dr. Fernández que no es beneficioso, desde el punto de vista de la selección natural, que las nuevas variantes sean letales, o que tengan una efectividad mayor que las actuales.
“Lo cual no quiere decir que no pase. No es una línea recta y hay nichos distintos”, expresa.
“El ser humano, lamentablemente, ocupa muchos nichos ecológicos en la naturaleza. Vive en todas las condiciones habidas y por haber, en climas frías, cálidos, húmedos, secos, justamente por esa capacidad de adaptación. La tendencia del virus, entonces, no es unilineal, sino que sigue varios desarrollos en paralelo”, relata.
“Por ejemplo, ahora (por esta semana) acaba de aparecer una variante de ómicron que, aparentemente, es más peligrosa”, indica.
No es que esto vaya a un progreso uniforme hacia una endemia porque, justamente, el ser humano ha generado un sistema muy heterogéneo y eso hace que haya variantes y no un proceso lineal”, asegura.
El Dr. Fernández dice que la otra estrategia que puede usar el virus es saltar a otra especie, ya que eso también se ha registrado en la historia.
“Es decir, lo que tiene que hacer el virus para pasar de una especie a otra es modificar la espira, donde está el punto de anclaje. Si la cambia, puede hacerlo”, afirma.
“¿Qué tipo de especie le traería un beneficio? Por empezar, las que no estén vacunadas, aunque es cierto que pueden adquirir inmunidad de otra forma, ya que no tienen una vacuna exógena”, asevera.
“Pero pueden ser más promiscuas que el ser humano. O con mayor densidad, lo cual haga que pueda propagarse mejor que en el humano que, como decíamos, está empezando a ser un huésped desventajoso”, comenta.
—Dr. Fernández, ¿existen beneficios en el caso de que todos nos contagiemos de COVID?
—Depende de las condiciones. Si se contagian todos con la variante delta estamos en el horno (sic). La idea es si a esta altura el virus está entrando en una fase endémica, en un escenario relativamente controlado, o donde sabemos que ingresará en esa fase, ya que vemos las variantes que está produciendo, creo que sí, que es bueno que se contagien todos.
“La mutación que prevalecerá es aquella que importe una ventaja selectiva”.
“En ese caso vamos a adquirir una versión atenuada del virus, algo que nos dará inmunidad. El problema es estimar en qué momento eso está bien (NdR: que nos contagiemos). Y no existe un modelo claro al respecto, sino que vemos datos anecdóticos.
“Es cierto que hay una tendencia a generar variantes más inofensivas y más contagiosas, que es natural, porque es lo que el virus necesita para propagarse y para amplificar su población.
“Ahora, no es una línea recta y existen países, por ejemplo Sudáfrica, donde hay razones de promiscuidad en cuanto a los protocolos sanitarios por el COVID y no tienen un nivel crítico de vacunación. Allí el virus aún puede hacer un desastre”.
—¿Cuál sería un escenario realista y no necesariamente optimista?
—Todo parece indicar que, en un tiempo razonable, en condiciones relativamente controladas el virus se va a extinguir y nos vamos a contagiar todos de una variante inofensiva o atenuada.
“En algún momento predije que este sería el escenario; es decir, que pasábamos de pandemia a endemia y terminaría como la malaria en el Africa subsahariana, lo cual no quiere decir que sea inofensivo.
“El dengue es endémico en Paraguay y no es para nada un problema menor; es algo de mucho cuidado”.
—¿Cuál es tu opinión del nivel de vacunación en la Argentina?
—Parece que estamos progresando muy bien. Una lástima que no se haya manejado bien de entrada. Si uno vacuna en forma lenta, es peor que si no se vacuna; es como molestar a la bestia.
“Fue un error grave que costó muchas vidas en los primeros estadios, aunque también es cierto que la disponibilidad de vacunas fue compleja en todo el mundo. Y acá no estoy atribuyendo culpas, claro”.
La paradoja de quienes no quieren vacunarse
“¿Los antivacunas? Entiendo que es algo demencial, pero ahora existe una paradoja”, dice el Dr. Fernández.
“Como el virus va evolucionando (los antivacunas) se van a volver necesarios, porque serán los laboratorios móviles para generar variantes inofensivas. A esta altura esto tiene un costado positivo; antes no”, aclara.
“Es una situación semejante a darle al virus una cajita Petri, donde puede ensayar cambios, qué le conviene y qué no para, después, seguir infectando al resto de la comunidad”, sostiene.
“¿Cuál es la ventaja? En el escenario que estamos llegando, que es el endémico, ese laboratorio le permitirá al virus fabricar las variantes inofensivas para nosotros”, define.
El Dr. Fernández recuerda que no se puede soslayar que la ciencia de las vacunas progresó con un gran esfuerzo de muchas personas.
“Edward Jenner (NdR: 1749-1823, el descubridor de la vacuna), no era un improvisado, sino que se manejó con principios perfectamente establecidos después de haber atravesado e impuesto numerosos estándares”, sostiene.
“Negar la virtud de la vacuna como agente preventivo me resulta incomprensible y no lo puedo entender. Ni siquiera sé con qué compararlo”.
El especialista, de residencia compartida entre Bahía Blanca, Basilea y Carolina del Norte, también se refirió a los países donde se ha dispuesto que la vacuna sea obligatoria, como es el caso de Austria.
“Es como todas las verdades sociopolíticas. Es decir, las cosas rara vez son blanco o negro, tienen matices y giros sutiles. Dicho esto, creo que vacunarse debería ser obligatorio; es la manera de prevenir una enfermedad que está consagrada por la ciencia”, define.
“En ese tono de grises podría preguntarme qué tan buena es la vacuna que me están dando”, aclara.
“Si el Estado empieza a interferir con el tipo de vacuna que entrega, o a manipular la población de infectados de una manera u otra, entramos en un terreno complejo. Ahora, si asumimos que el Estado es transparente y que la vacuna es óptima y que se ha hecho a conciencia, debería ser algo compulsivo, como para la viruela, por ejemplo”, comenta.
“Si un chico no se vacuna contra la viruela, entiendo que no es admitido en la escuela. La protección contra el COVID debería entrar en un certificado de vacunas”.
Pase sanitario y restricciones. Otro de los debates en la Argentina.
“Es algo necesario porque estamos en una situación de emergencia”, sostiene el Dr. Fernández.
“¿Qué se antepone a una invasión a las libertades individuales? En realidad, las libertades individuales no pueden priorizarse sobre el bien común. Como ciudadanos vivimos bajo un tipo de contrato social”, asevera.
“Siguiendo a Rousseau (Jean-Jacques, 1712-1778), cuando uno adquiere su ciudadanía, argentina, o para el caso cualquier otra, entra en un contrato. Uno se somete a las normas del país que salvaguardan el bien común. Esa es la regla número uno; la gente no puede hacer cualquier cosa. Es un tema antiguo, pero de eterna vigencia”.