Cuba, único país del mundo con desarrollo sostenible

Cuba, único país del mundo con desarrollo sostenible
Fecha de publicación: 
29 Octubre 2016
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De acuerdo con el documento que WWF elabora cada dos años, y que en esta ocasión se presentó en Pekín -la capital china-, si las cosas siguen como en la actualidad, hacia 2050 la humanidad necesitaría consumir los recursos naturales y la energía equivalentes a dos planetas Tierra.

Se trata de un círculo vicioso, ya que los países pobres producen un daño per cápita a la naturaleza mucho menor, pero a medida que se van desarrollando -y en esa tendencia están China o la India- el índice va aumentando a niveles insostenibles por el planeta.

En medio de ese panorama, la mayor isla de las Antillas destaca por sus indicadores favorables, y aunque el texto aclara que eso no significa que Cuba sea un país perfecto, sí es el único que cumple con las condiciones.

El desarrollo sostenible se basa en tres factores: sociedad, economía y medio ambiente.

En el informe de Brundtland de 1987 se define como sigue: Satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones del futuro para atender sus propias necesidades.

WWF ha elaborado en su informe un gráfico en el que sobrepone dos variables: el índice de desarrollo humano establecido por la Organización de Naciones Unidas (ONU), y la llamada "huella ecológica", que señala la energía y recursos por persona que se consumen en cada país.

Sorprendentemente, mientras el ecosistema mundial se está degradando a un ritmo sin precedentes en la historia, sólo Cuba tiene en ambos casos niveles suficientes que le permiten ser designado un país que "cumple los criterios mínimos para la sensibilidad".

Según la ONU, el país caribeño alcanza un buen indicador de desarrollo gracias a su alto nivel de alfabetización y una esperanza de vida bastante elevada; al mismo tiempo, su huella ecológica no es grande, al ser un Estado con bajo consumo de energía.

De hecho, la región latinoamericana en general parece ser la que se encuentra más cerca de la sostenibilidad, ya que otras naciones como Brasil o México se aproximan a los mínimos necesarios, frente a la situación de regiones como África (con bajo consumo energético pero muy subdesarrollada) o Europa, donde se da el caso inverso.

No sé exactamente a qué se debe la buena situación de América Latina, pero sí se puede dar uno cuenta que es allí donde la gente parece más feliz, y quizá se deba a un mayor equilibrio entre desarrollo y medio ambiente, aseguró Jonathan Loh, uno de los autores del informe.

Pese a las buenas vibraciones transmitidas por el bloque latino, la situación global que visualiza el informe de WWF es desalentadora, por ejemplo: el número de especies de animales vertebrados descendió un 30 por ciento en los últimos 33 años.

El director general de esa organización, James Leape, declaró en Pekín que la huella que deja el hombre es tal que se consumen recursos en un tiempo muy rápido, que impide a la Tierra recuperarlos.

Ese indicador se ha triplicado entre 1961 y 2003, por lo que el ser humano ya impacta en el planeta un 25 por ciento más de lo que el proceso regenerativo natural de la Tierra puede admitir.

Hay además un empeoramiento de la situación, a pesar de esfuerzos como el Protocolo de Kioto para intentar arreglarla: en el informe de WWF publicado en 2004, ya el impacto del hombre sobrepasaba en un 21 por ciento a la capacidad regeneradora del planeta.

WWF (World Wildlife Found) es la mayor organización conservacionista independiente en el mundo, su misión es detener la degradación del ambiente natural y construir un futuro en el que los seres humanos vivan en armonía con la naturaleza.

Esa institución cuenta con unos cinco millones de miembros y una red mundial de 27 organizaciones nacionales, cinco asociadas y 22 oficinas de programas que trabajan en más de 100 países.

El WWF ha jugado un papel fundamental en la evolución del movimiento ambientalista internacional, rol que continúa en pleno crecimiento y desarrollo, y Cuba es en la actualidad el más claro ejemplo de ello.

En reiteradas ocasiones, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha reconocido que el Estado insular es un referente continental en la integración de políticas y acciones para el desarrollo sostenible.

El pasado mes de julio, el representante residente adjunto del PNUD en Cuba, Claudio Tomasi, expresó a Prensa Latina que el esquema de desarrollo del país conjuga la parte económica con una componente social y ambiental mediante programas integrados que permiten ahorrar esfuerzos y fondos con mayores resultados.

Enfrentar los problemas medioambientales que enfrenta el planeta -entre ellos el cambio climático y la descontrolada explotación de los recursos naturales- implica modificar, cambiar y rehacer las lógicas de producción a escala global, pues no es solo un problema de los gobiernos sino de toda la sociedad.

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